"Se requirieron 145 años para concluir esta maravillosa obra de la arquitectura y el arte"

En el centro de la ciudad, se levanta majestuosa la Catedral de Puebla, una de la más bellas de México y América Latina.

Fue el 24 de enero de 1575 cuando da inicio su construcción, siendo virrey Martín Enríquez, designa como obrero mayor a Juan Cigorondo, siendo Francisco Becerra el arquitecto. Las obras se detuvieron en 1618 por falta de recursos, y fue en 1640 que por cédula real se le encomendó la conclusión de la obra al obispo Juan de Palafox y Mendoza.

Encomendada a la Virgen de la Inmaculada Concepción, la Catedral se consagró en 1649, terminando su construcción en 1690 al concluir la construcción de la fachada lateral llamada de San Cristóbal. Se requirieron 145 años para concluir esta maravillosa obra de la arquitectura y el arte.

Su imponente fachada la coronan sus monumentales torres, las más altas de América Latina. Al centro, la Puerta del Perdón se abrió en 1979 para la visita del Papa Juan Pablo II, que ofreció misa en su vista a Puebla.

El interior además de su importancia religiosa, cuenta con pinturas barrocas, esculturas, frescos, orfebrería y arte sacro. Un verdadero museo del arte novohispano.

En el coro podemos apreciar la sillería de diseño morisco, realizada con maderas finas, ónix y marfil, además de los dos órganos donados por Carlos V.

En el altar mayor destaca la escultura de bronce de la Virgen de la Inmaculada Concepción, de dos metros de altura y una tonelada de peso, coronada por el Ciprés de estilo neoclásico, diseñado por Manuel Tolsá y ejecutado por el artista poblano José Manzo.

Al fondo, el altar de Los Reyes con su retablo, sus pinturas y el fresco de la cúpula son un conjunto que merece detenerse para observar con todo detalle su arte y esplendor.

Visitar la Catedral de Puebla es el viaje a un pasado glorioso. Una visita obligada.

No lo puedes negar… Tienes Ganas de Puebla.